Ya habíamos comentado La Carta Europea de la democracia participativa y habíamos visto un ejemplo de su aplicación en el proyecto de #IntramurosJerez. En este artículo quiero compartir algunas recomendaciones básicas a la hora de plantear una encuesta de participación ciudadana en los procesos de transformación urbana.
Existen muchas maneras correctas de medir la opinión o el estado de ánimo de la población de un determinado ámbito, y una de las más utilizadas son las encuestas. Sin embargo a menudo estas están demasiado dirigidas o son tan incoherentes que apenas se pueden sacar conclusiones o lecturas de las mismas.
Tener claro el objetivo de la encuesta
Un típico error en los procesos de participación es no tener claro qué papel juegan los encuestados dentro del proceso de redacción de un proyecto urbanístico. Aquí os dejo algunas sugerencias que os podéis plantear cuando vayáis a decidir los objetivos de vuestra encuesta:
> Conocer la opinión de la ciudadanía
Se trata de la encuesta más sencilla, preguntar a los ciudadanos su opinión sobre la ciudad: si está limpia, si se vive bien, etc. Suele ser útil para medir el estado de ánimo de la ciudadanía y la opinión general del estado de la ciudad y de los servicios que ésta presta.
Podemos usar esta información a la hora de elegir los ejes de actuación de una propuesta urbanística.
> Conocer la aceptación de un determinado proyecto
Una variante de la anterior es intentar medir el grado de aceptación de un determinado programa que quiera implantarse, sobre todo con aquellos proyectos peor vistos como cárceles, empresas contaminantes, viviendas sociales, etc.
Conocer los motivos exactos del rechazo social a nuestra propuesta nos permitirá hacer las modificaciones pertinentes a la misma.
> Escuchar las ideas de la ciudadanía
Este tipo de encuesta es más propositiva y debería hacerse al comienzo del proceso urbanístico, si de verdad queremos poder incluir las ideas de los ciudadanos. En este caso es importante informar bien previamente al encuestado y tener en cuenta varios aspectos:
- Los ciudadanos no son todos arquitectos y pensadores, lo que no quita que no puedan tener ideas brillantes.
- Los ciudadanos tienen el conocimiento del lugar y de su historia, y además son los que van a disfrutar – o sufrir – la propuesta final.
- Los ciudadanos no son algo fijo en tiempo, se mudan y vienen nuevos, cambian de opinión, etc.
> Ayudar a los técnicos redactores a tomar decisiones
Muchas de las decisiones que toman los técnicos redactores de un proyecto urbanístico están justificadas de forma más o menos objetiva, pero hay otras que bien podrían dejarse en manos de la ciudadanía. Por ejemplo, elegir qué criterio debe prevaler a la hora de elegir entre un mobiliario urbano determinado, que sean bonitos, ecológicos, económicos, etc.
Información y datos de segmentación
A la hora de plantear la encuesta creo que es fundamental tener clara la diferencia entre información y datos de segmentación. La información es aquello que deseamos obtener, mientras que los datos de segmentación nos permiten localizar y acotar dicha información. Los principales datos de segmentación que podemos recabar en una encuesta de participación ciudadana son:
- Edad. Ya sea por rango o por fecha, nos permitirá diferenciar por ejemplo la opinión de los jóvenes o de las personas mayores.
- Sexo. Sobre todo es útil por ejemplo en materia de seguridad ciudadana.
- Nacionalidad. Ya sea concreta o nacionales y extranjeros.
- Formación. Nos permite saber si de verdad estamos tomando una opinión general y si nuestra muestra es heterogénea.
- Estado laboral. Funcionarios, autónomos, estudiantes, desempleados, jubilados, etc. Nos permite también segmentar los resultados según la situación laboral.
- Estado familiar. Situación, número de hijos, cargas familiares, todo ello nos puede resultar útil.
- Vivienda principal. En propiedad, en alquiler, en ocupación, etc.
- Vehículo principal. Coche, moto, bicicleta, transporte público, etc.
- Localización. LA MÁS IMPORTANTE. Nunca dirección exacta, pero si que podemos intentar al menos localizar por barrios, distritos o códigos postales. Esto nos será muy útil a la hora de representar las conclusiones de la encuesta en un plano.
Como podéis ver, conocer la opinión general de la ciudad está bien, pero conocer qué opina cada barrio o un grupo de concreto (ej. mujer entre 35-45, con formación universitaria, con hijos, autónoma, viviendo en alquiler en el centro urbano, etc.), nos puede dar el conocimiento necesario para tomar una mejor decisión en un determinado lugar.